Hace unos años, el desarrollo de páginas web era caótico, había que realizar una versión de cada página web para prácticamente cada navegador.
Para dar solución a este problema, el W3C lanzó una iniciativa en 1997 para lograr la accesibilidad web (Web Accessibility Initiative o WAI) y que se siguieran una serie de estándares o normas.
A raíz de entonces se fueron desarrollando diferentes estándares logrando que cada página web se vea correctamente independientemente del navegador o dispositivo.
¿Cómo se crean los estándares web?
La creación de un estándar Web requiere un proceso controlado, que consta de varias etapas que aseguran la calidad de la especificación.
Este proceso permite la intervención de todos los usuarios de las tecnologías, con el objetivo de que puedan aportar su conocimiento y opiniones para la mejora de los documentos.
Tras este proceso, elaborado por especialistas en la materia, se obtienen unos estándares de calidad.
Al estar disponible para todo el mundo, las especificaciones se depuran exhaustivamente antes de ser consideradas como recomendación o estándar.
¿Por qué necesitamos estándares web?
Conociendo un poco sobre la historia de los estándares y por qué se introdujeron, podemos comenzar a ver los beneficios de tener estándares para el desarrollo web.
Las ventajas de seguir los estándares web establecidos son:
- Mantener la web gratis y accesible para todos
- Ayudar a simplificar el código fuente
- Reducción del tiempo de desarrollo y mantenimiento
- Hacer de la web un lugar más accesible
- Permitir compatibilidad y validación hacia atrás
- Ayudar a mantener un mejor seo (optimización de motores de búsqueda)
- Crear un grupo de conocimiento común
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